ENSAYOS

La reflexión, el razonamiento el análisis; son elementos prefijales de lo que debe ser un buen ensayo, un ensayo que tenga la capacidad de convertirse en formativo, es decir, que trascienda la mera enseñanza, que cale hondo y nos permita tomarlo como una guía de vida, un mentor.

El ensayo para que cumpla con tales pretensiones debe ser creativo, con un tema que lleve a la evocación o a la investigación, que exprese lo que se está pensando frente a algo, con tal fuerza y tal pasión que permita crear huella, ya por su claridad, ya por su originalidad, para que sea recreación lúdica del espíritu, de la sensibilidad y la razón.

Este libro recoge algunos escritos de mi época de bachillerato y de trabajo político, pero fundamentalmente mis funciones de docente universitario, a raíz de un deber que coloque a los estudiantes de Legislación Publicitaria y de Investigación de Mercados en una universidad bogotana, en el año de 1998, dos sorpresas me brindó tal experiencia, la primera que todos los estudiantes manifiestan saber hacer un ensayo y la verdad no tienen idea de que se trata, lo convierten en una recopilación de información y en el mejor de los casos en el “fusilamiento” de algún tema bajado del internet, la segunda sorpresa fue descubrir el potencial de esos mismos estudiantes una vez se orienta el trabajo por donde debe ser.

Posteriormente y en asignaturas como la Redacción Publicitaria y Mercadeo, la aplicación del ensayo me ha permitido enriquecer mi acervo y por qué no decirlo retomar algunos de los trabajos de clase para inspirar nuevas reflexiones y  nuevos razonamientos a manera de ensayos formativos.